En la Bombonera |
Ricardo Garanda Toledo, 010218
En esas noches…
Sueña,
escribe y sueña.
En
esos días…
Escribe,
vive y escribe.
No
te olvides de nada,
ni
en esos días
ni
en esas noches.
No
son ni malos ni buenas,
son
tuyos, son tuyas
esos
días en los que no estas,
esas
noches
en
las que no te encuentras.
Una
copa de vino amigo,
una
copa, amiga,.
Respira
hondo y déjate.
Vuela
y persigue
y
déjate llevar.
Tal
vez una canción de Pablo Guerrero
te
ayude a beber,
venimos
de lejos.
De
cuándo el poema era canción
y
el dolor sangre
incolora
de pionero,
de
las venas desilusionadas
de
lo que no pudo ser.
Y
espera a la próxima mañana,
sal
a la calle,
es
lo que hay, ¿ya lo sabes?
Es
lo que hay después del sueño.
Vive
y escribe para firmar la paz
vive
y escribe
hasta
que la luz se apague
porque
el amor nos salva.
Sin
él no hay nada
más
allá de esa línea difusa
que
nos limita y apaga.
Sin
esas manos que se buscan
no
habría nada,
Sin
esos labios que se rozan
al
mundo no le quedaría
nada.
Ninguna excusa.
Se
quedan con todo,
quieras
o no quieras,
con
nuestros sueños,
nuestros
gritos rozando el amanecer
en
la terraza de la Bombonera.
Se
los llevan
mientras
creemos protegerlos
en
la noche,
pero
nos quedamos con el amor,
con
eso no pudieron,
al
menos con eso no.
Y
lo escribimos, y lo vivimos,
y
nos rescató del duelo
y
de la zanja de nuestra desilusión.
Y
mientras amábamos
llovió
Pablo, llovió,
pero
no las suficientes gotas,
apenas
llegó a mojar el suelo,
sólo
humedeció nuestro alma.
Ponle
música a ésta entrega,
las
cuerdas de mi guitarra
hace
tiempo que ya están rotas.
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