Ricardo GAranda
(Casabas, 030320)
Siempre
he sido poeta cuando he sido angustia
en
el vacío de nadie, de nada.
Crucé
los mares enlazando las lianas
que
colgaban de las estrellas
en aquella playa de Sada.
Viví
mi sueño
sin
saber si era vida o mentira
y
lo hice verdad en mi poesía
Luché
con el grito
y
con las jardineras urbanas,
y
mi poesía, también con mi poesía.
Cambié
en mis cuadernos
mil
veces los mundos
con
comas donde me imponían puntos,
tapando grises con rojos.
Canté
las letras
prohibidas
por los verdugos
e
inventé, yo también,
su orden en la palabra Libertad.
Miré
de frente y de reojo,
agucé
el oído unas veces,
otras
me hice el sordo
bien anclado en mi vanidad.
Sentí
mil veces en mi piel
el
desastre del silencio tras el ruido,
el
profundo silencio
tras
el mucho ruido.
Conocí
el amor con ansias de eternidad
y
mi poesía asumió la ausencia,
las
distancias.
Y
morí con mis muertos,
tuve
que hacer reclasificaciones
en
el terreno de mis espacios
para
ampliar el Paraíso de sus memorias.
Si
cruzasteis los mares desde la arena,
si
vivisteis el sueño,
si
luchasteis por limpiar el camino,
si
cambiasteis letras y colores,
si
mirasteis el sendero la noche de la luna completa,
si
conocisteis el amor que trasforma en sueño el tedio,
si
moristeis con el dolor de los muertos,
si
fuisteis instrumento creador de poesía,
no
hay duda, sois como soy yo: Poeta.
Y
ya os lo digo: no hay remedio.