lunes, 21 de marzo de 2022

La última vez que nací.


Ricardo GAranda. 070722



La última vez que nací yo ya sabía andar en el aire

y pensar desde la ignorancia.

La última vez que nací ya sabía mi mente contar sin llegar al infinito

y luchar triste,

sin acercarme a la utopía.

 

La última vez que nací, en el mismo día,

yo ya sabía que vivir o no vivir era una decisión,

un compromiso unilateral,

una partida de un solo jugador y nadie más.

 

La última vez que nací ya sabía yo contar el tiempo,

sobre todo, el pasado.

Recién nacido pude multiplicar por cero,

pero preferí la equis y aquí estoy,

pactando un acuerdo con el resultado.

 

Ahora ya se acerca y ensancha la luz del destino,

iluminando el camino que enmarca los deseos que faltan.

Apenas ráfaga a la deriva 

que abandona los pasados incompletos,

olvidados en los bosques de las realidades,

siempre, al sueño, alternativas.

 

Bosques de viejos pinos

que confunden los deseos de avanzar o parar,

o avanzar despacio,

o no avanzar y amenazar con anular

ese iluminado destino,

sin decidir, si quiera,

el paso correcto que marque el ritmo del azar.

 

Ahora ya voy ocupando mi agenda con un par de sueños,

y cuarenta poemas,

y una guerra

y otra muerte, y otra más.

Nadie quiere morir

y yo no quiero ser inmortal.