Memoria que acusa
y duele
esas manchas rojas en un océano de odio negro
que expone nuestra historia.
Nadie es igual si muere,
la muerte no iguala, bulo que trama
el ignorado en el paraíso de la memoria
dónde se muestra el puño
de la jerarquía que la lucha clama.
No es la otra vida con el dios de la gloria,
que oculta la sangre mala,
es con los hombres,
en su memoria:
el renacer de los sueños
perdidos tras las balas.
Las trece de sangre fueron rosas
y no hay olvido para la sangre,
abrimos las fosas
cuando el alma crece
y sabemos que ya son eternas
porque nadie muere dos veces.