Ricardo Garanda Rojas (Toledo, 121115)
Esos
niños que se llenan de mar
salieron
entre ruidos de fusiles
y
dolores de hambre
dejando
atrás
la
ruina de las tierras
de
sus padres,
el
hambre con ellos
y
la sangre
de
los que quedaron en el fuego.
dejando
atrás
los
juegos de no-niños
los
niños del no-juego.
Esas
niñas que se llenan de mar
que
emprendieron nebuloso camino
y
que ahora ya no van a jugar
ni
siquiera pudieron saber
cuál
era su destino,
ese
que ningún adulto
decirles
supo.
Esas
niñas de la mar
que
ya no esperamos
(que
nunca esperamos)
ya
no respiran
el
aire que algunos
aún
respiramos.
Esos
niños que ya no van a jugar
nos
obligan una lágrima,
al
menos una lágrima
porque
la mar ha sido el verdugo
de
la injusticia de este hombre.
Al
menos que ignoren
que
el hombre por ellos,
que
este hombre por ellas,
tampoco
va a llorar,
nunca
va a llorar
a
esos niños, a esas niñas
que
se han llenado de mar.
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