sábado, 28 de julio de 2018

Te pide Viento

Fotografía a un lienzo de Jesús Millán
Casalgordo, 280718


Te pide viento
y para volar ha de bastarle tu leve brisa.
Desea fuego y se abrasa
en el rubor de tu escalofriante sonrisa.
Quiere correr contigo los grandes espacios,
buscar profundos horizontes
de rojo y miel
y apenas le comprometes un par de metros cuadrados
de baldosas sumisas.
Ansía una gran tormenta
y apenas un chapuzón de gotas sueltas remoja su piel.

Te pide un sueño
y tú le respondes imposible.
Imposible otra vez.


Ha de apartarse
para no quemarse,
para no volar al infinito
empapado de lluvias y de mares internos.
Ha de apartarse otra vez.
Sin destino.

Seguirá jugando con sus sueños
mientras tú, al menos, vives.

Ha de apartarse ahora,
seguir su camino,
antes de que el patético deseo
de lo no posible
ciegue la dignidad del andante,
difusa entre esos sueños y el vino.

(A no ser que…
Se modifique el sumario
al fin y al cabo los sueños siempre están vivos
y no está en la eterna gloria
la dignidad del solitario)

Ha de seguir arrastrando los pies
en devenir diario
disfrutando con el recuerdo
de esos ojos, esa mirada.
Ese profundo pozo
de bellas contradicciones.

Parara en algún recodo
dónde una piedra le anime al descanso
y al diálogo con Ella.
Le hablará de ti, la gustaras, lo sé.
Le dirá que algo nuevo se rompió
antes siquiera de nacer,
antes de hacerse vida.
Le dirá que, como ella anima, arriesgó
y le volvió a salir el seis.
Lo siento,
ahora ha de volver
otra vez a la casilla de salida
sin encontrar lo que quería:
Viento.


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