Ricardo GAranda
(221015)
En la mar comienza la tierra,
sin saber dónde la
salida
ni dónde el
cielo.
Caminos de barro
y hambre
senderos de
sueños rotos,
se rompen las
vidas
de los niños
migrantes
con sangre
salada en sus rostros.
No será distinto
este invierno.
En ésta Europa
de banqueros
la inversión en
vidas
se congela en el
fuego
de un existente
infierno
y las bolsas
cotizan
con corazones
rotos ya desde nuevos.
Mientras en
televisiones y redes
se apuesta por
nuevos platos,
exquisitos menús
de artistas
gastronómicos
y anuncios
publicitarios
de manjares para
humanos.
El hambre de las
fronteras
en la bolsa de
la compra
resulta mucho
más barato.
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