Ricardo GAranda
021119
Cuando
mi espíritu flota
en
un océano revuelto
por
el cruce de corrientes salvajes,
mientras
mis manos
posan
en tu laguna piel.
Cuando
abandono
la
mustia estación
y
subo al tren
de
este nuevo viaje
buscando
los parajes
de
los panales del edén.
Cuando
flotan mis sueños
en
la balsa de lo cierto
de
la luz, del mar,
del
fuego,
doy
por descubierto,
una
vez más,
que
no es soñar, amar.
Que
no es mentira esta mujer,´
esta
sonrisa, esta piel
que
entre mis manos
se
extiende de su cuerpo
al
mio y del mío
al
entero universo,
al
mundo que antes estuvo al revés.
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