Fotografia J.L. Romero |
Ricardo GAranda
271218
Como
se mira a la mar
sabiendo
los que se fueron y no volvieron.
Como
se siente a la mar
conociendo
los que vinieron
y
no llegaron.
Desde
la atalaya,
a
veces, se ven hipócritas sus aguas
tranquilas,
amables, dóciles,
como
si solo acunar vidas supiera.
La
Mar es una entera
y
por aquí, en el norte,
los
hombres salieron
y
muchos no volvieron.
Y
allí en el sur otros hombres
y
mujeres vienen de lejos
con
hijos buscando vida
y
pierden la poca que les queda.
La
Mar es una poesía,
es
un sueño
es
una esperanza de nuevas vidas.
Pero
también la Mar nos desespera,
es
dolor, es pesadilla.
La
Mar nos quiere un día
y
nos odia a la siguiente tarde
de
enloquecida y perdida espera.
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