Ricardo GAranda
(Mayo 2015, A
Eduardo)
No
hay lágrima que otra seque
ni
poema que otro impida,
no
hay guerra que otra gane
en
demagógico trueque.
Todas
están perdidas.
Cada
cual elige la suya y su lágrima,
y
una respuesta.
Por
qué la apuesta y la euforia,
qué
ideas, banderas, religiones
priorizan
en esa historia
que no suma, resta.
que no suma, resta.
Un
poema habló de Gaza
y
tendría que llorar Palmira,
Ramadi,
Mosul…
No,
amigo, no,
no
hay en el dolor ninguna raya,
deja
al poeta que hable de Gaza,
de
la sangre en sus playas
porque mil poemas han de llorar
por
todos los muertos en muerte,
por
todos los muertos en vida
obligados
a mendigar un techo,
amor
y comida
dejando
atrás su sitio, sus gentes,
su
compartido lecho.
Mal
poeta si esto se le olvida.
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