A nadie ya importa
que el denso aire se diluya con los vientos
y que el aroma intenso de
lo nuestro
comience a pasar lejano,
viejo lamento que
resulta escaso para un duelo
amasado día tras día en
mi silencio.
Yo solo quiero estar
contigo
para dejar de hablar de
ti.
Entrar en tu secreto
espacio,
más allá de nuestra
muerte,
y contarnos nuestras
cosas,
temores, esperanzas.
Que mala suerte.
No malgastes, vida,
tu fuerza con mis sueños,
esfuérzate con los nuevos,
los míos ya están agotados,
amortizados.
Ya no vale la pena, vida, luchar por
ellos.
(Literania 2017)
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